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12 octubre 2012

Mensaje de Otoño


Lectura Registros Akáshicos de la Tierra
realizada por Montserrat Tello el día  27 de septiembre de 2012

En este tiempo estamos todos en un tiempo verdadero; un tiempo donde se va cayendo y desprendiendo del gran tronco central, todo aquello carente de vida, todo aquello que ya ha marchitado, todo lo que ya no se encuentra en la luz, conectado a la luz, alimentándose de la luz.  Ahora es el tiempo de caer, formar parte de un suelo que en este momento no es fértil, que tiene que hacer su proceso de putrefacción para poder albergar las nuevas semillas que crecerán buscando la luz.  Es un tiempo donde el sol solamente seguirá brillando para aquellos humanos que puedan percibirlo detrás de la espesa niebla; que puedan percibirlo en medio de la noche; del mismo modo, que puedan ver ese sol iluminado dentro de su propio cuerpo.
Ahora es tiempo que invita a la reflexión en el proceso de vida dentro de la muerte y de muerte dentro de la vida; todo es un proceso.  Es un tiempo de reflexionar para los humanos en la acción, no es tiempo de detenerse.  La inercia del cambio existe ahora muy fuerte.  Dentro de una gran inmensidad de humanos, hay una necesidad imperante de cambiar, de reorientarse, de reenfocarse, de tomar nuevos rumbos para dar sentido al corazón que se encuentra vacío; para dar fuerza a los sentimientos y así debilitar la mente pensante, la mente especuladora, que tiene al ser humano sujeto a un vórtice caótico en el cual se sienten perdidos y sin rumbo.  Ahora es tiempo de reflexionar desde la acción; observar el movimiento al cual está sujeta la personalidad; observar el movimiento que tienen los sentimientos y el corazón; observar los movimientos de la mente pensante desde el centro de la cabeza; sentir las fuerzas dentro del Ser, hacia dónde mueven al humano; detectar si la energía gira centrípetamente o centrífugamente.
Hay seres que viven completamente perdidos en el exterior y otros en el interior.  El único camino para el ser humano, en el cual puede encontrarse con la verdad, es centrándose en su centro; en el centro del centro; en ambas partes de su cuerpo, cabeza y corazón.  Es necesario unificar e integrar ambos centros para sentir la paz en el ser humano; tal y como está diseñado en esta realidad no pueden existir el uno sin el otro. Todo puede funcionar conectado a una única intención,  la integración total con la luz.
Es tiempo de conectar con los seres que habitan en la luz, que se mantienen unidos a la mente del Creador, a esa conciencia única que no separa ni divide.  Es necesario tomar cada día un tiempo para la reflexión en silencio y en conexión con la luz.  La visión clara a través de la luz procedente de lo alto, facilita al ser humano la comprensión de los procesos vividos y por vivir; favorece la fuerza interior, la voluntad necesaria para tomar decisiones en los tiempos de grandes cambios.  Cambios que no vienen de la voluntad humana, sino de las esferas más altas, en las cuales también existe el ser humano a pesar de su falta de conciencia.  Todo forma parte de un plan de crecimiento y evolución; no sólo para la humanidad, no sólo para la entidad terrestre como un cuerpo vivo.  En el universo todo está en constante cambio.  Para la galaxia ahora es un tiempo importante; es un tiempo de moverse hacia la luz, de recepción e integración de luz de alto nivel; no es la luz que el humano puede imaginar, no es la luz que el humano conoce; hablamos de luz de alto nivel y todos los entes vivos se encuentran en este proceso de gran transformación en todos los niveles de existencia.  Aunque el ser humano sólo perciba los cambios en el plano terrenal, los cambios se están produciendo al mismo tiempo en todos los niveles dimensionales.  El proceso se mueve desde afuera.  Lo importante para comprender y asimilar el proceso de grandes cambios, es poder observarlo, sentirlo desde adentro, desde el Ser, manteniéndose en equilibrio con el entorno más inmediato.  
Desde el centro del centro, pueden ser los espectadores de esta gran película del universo sin necesidad de arriesgar su cuerpo físico en absoluto.  Solamente desde el centro del centro se puede observar la caída de las hojas, el desplome de lo muerto, como algo natural del proceso de cambio y evolución.
La Tierra, llegado su tiempo, volverá a ser fértil y será protegida por la luz y alimentada por la luz.  El tiempo será una constante diferente; no será una variable, no generará desequilibrio y desarmonía en el interior del ser humano.  Ahora es tiempo de cambio en los patrones de medida; los utilizados hasta el momento fueron válidos, y ahora ya no lo son, pero todavía permanecen grabados en los patrones mentales humanos; y esto es algo importante, que el ser humano tome conciencia y sea parte activa en la disolución de manera voluntaria y no impuesta, de todos los viejos patrones que alberga su mente y quedan completamente obsoletos y sin validez.
Es tiempo para el ser humano de dejar caer todo lo conectado a la vieja energía, todo lo que el ser humano alberga dentro de su cabeza y dentro de sus hogares, dentro de su cuerpo, dentro de sus órganos, dentro de su agua.  Es tiempo para reciclar, es tiempo para aligerarse de todo aquello que ya está hueco, de todo aquello que vive sin vida propia.  Es tiempo de reflexionar en el accionar; poner en movimiento la energía desde el motor central, desde las emociones, hacerlo todo girar a gran velocidad y permitir que todo lo inerte salga expulsado y disparado hacia el exterior.
La fuente de luz violeta rodea cada ser en la Tierra y más allá de manera poderosa.  El fuego violeta es receptivo a toda la materia, a todos los residuos que ya son inválidos e inertes para el ser humano y para el propio planeta.  En el fuego violeta todo descansa, en el fuego violeta todo se transmuta y se transforma en luz.  El fuego purificador y el agua purificadora son dos elementos importantes que cada ser humano debe integrar en su caminar, en su día a día.  Esta es la forma de prepararse el terreno para vivir en la luz, alimentándose de la luz, y poder ir aumentando la visión interior.  
Quema todos tus residuos respirando luz de la fuente violeta; lava tu cuerpo, tu mente y tus emociones en la fuente violeta y continúa en acción.
Aquí terminamos.
©Montserrat Tello